Carta de Eusebi Casanelles para la exposición “EnConserva”
Terrassa, 8 de junio 2010

A partir de los años sesenta se produjo un cambio social y económico que transformó completamente los entornos tecnológicos de las industrias y de la vida cotidiana. Fue en estos años cuando se empezó a valorar el patrimonio industrial como parte del patrimonio cultural. Actualmente todos los paises más desarrollados están preservando los elementos de su patrimonio industrial más significativo. Hasta hace unos años la conservación se centraba principalmente en todas aquellas construcciones pertenecientes a la primera industrialización, que abarca desde finales del s.XVIII hasta la Primera Guerra Mundial. En la actualidad, el interés por el patrimonio industrial del s.XX, es decir, aquel que ya usa la electricidad como energía e incorpora nuevos métodos de producción, va creciendo.
Por otro lado el patrimonio industrial no sólo se interesa por los edificios productivos, sino también por todos aquellas edificaciones sociales que formaban parte de la fábrica o de la mina. La conservación del patrimonio industrial tiene como objetivo preservar el testimonio de la vida en una industria mas que preservar los bienes por su belleza. En Europa hay centenares de ejemplos de poblaciones mineras preservadas, junto al complejo productivo, e industrias textiles o manufactureras que se conservan con sus colonias industriales como las de Catalunya o Bustielo, en Asturias. Hasta hay algunas que son Patrimonio de la Humanidad como Crespi ‘Ada en Italia o Newlanark y Saltaire en el Reino Unido.
En el s.XX hubo un nuevo tipo de industria creada por un nuevo tipo de filosofía paternalista que construía poblados para sus obreros pero sin la semblanza a cuartel como antes, a veces eran pequeños pueblos, o equipamientos para sus obreros. Uno de los más conocidos fue Port Sunlight (1899 a 1914) que fue un poblado jardín de una empresa de lejía. También encontramos este tipo de poblado en la industria siderúrgica como en Le Creusot (Francia) o Legazpi (Euskadi). Seguramente la construcción mas similar a la fábrica de Massó de Cangas, aunque sea anterior, es el Frigorífico de Fray Bentos en Uruguay, donde congelaban carne para ser enviada a Europa y donde también realizaban el concentrado de carne. Dispone de diversos edificios sociales y de casas para los trabajadores. El gobierno de Uruguay lo está proponiendo como Patrimonio de la Humanidad.
Aunque no conozco todo el patrimonio industrial en el mundo, me aventuro a afirmar que la Fábrica de Massó de Cangas do Morrazo es única en el mundo ya que dificilmente se puede encontrar una fábrica conservera de este tipo.
Si se destruyen los edificos sociales de la Fábrica Massó, el conjunto perderá valor patrimonial y se perderá asimismo, el testimonio de un tipo de vida fabril que se produjo en sitios contados, pero que es reflejo de una filosofía social de una época, durante unas décadas del s.XX.
Aunque sea un patrimonio productivo, cabe que nos preguntemos cúantas naves industriales hay en España para manipular ballenas ó fábricas de salazón.
El conjunto, por lo que he podido ver, conserva unos edificios de dos tipologías constructivas. Una perteneciente al siglo XIX, donde se salazonaba el pescado, y la del siglo XX. Esta dualidad que expresa dos formas de construir, dos tipos de tecnología y dos organizaciones diferentes, es un caso extraño ya que normalmente con la nueva edificación se destruye la anterior.
Creo sinceramente que el conjunto es un monumento industrial de primer orden y de importancia internacional.
Cordialmente,
Eusebi Casanelles Rahola, director del “mNactec” (Museu de la Ciéncia i la Técnica de Catalunya) y presidente de honor del “TICCIH” (The International Comitee for the Conservation of Industial Heritage), el Comité Internacional para la Conservación de la Herencia Industrial
No hay comentarios:
Publicar un comentario